DOS MENTALIDADES Y EL EMPRENDIMIENTO

         

En esta cápsula comparto elementos de reflexión, al caracterizar estas maneras de abordar los retos que la existencia nos plantea, y que son fundamentales, porque se traducen en un estilo de vida que abre o cierra  la posibilidad de emprender con éxito.

Empiezo citando la definición de mentalidad, ella se refiere a la forma como cada individuo entiende la existencia, o como al conjunto de creencias y costumbres que conforman un modo de pensar, de enjuiciar la realidad y de actuar. No es solo un asunto de genes o de entorno, es un asunto profundamente personal.

La mentalidad es una creencia, es algo que está en la mente y ella la puede transformar, la puede cambiar. Las creencias tienen la posibilidad y el poder de producir una transformación de la vida. Benjamín Barber, un sociólogo muy renombrado, divide el mundo entre los que aprenden y los que no se lo permiten. En ese sentido podemos decir que hay dos mentalidades: la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento.

La mentalidad fija boicotea y torpedea el aprendizaje. Se sitúa en la “zona cómoda” y encuentra todos los pretextos para mantenerse en la rutina, donde no hay novedad, donde no hay fuerza para emprender, para preguntarse, para hacerlo distinto.

Las personas con mentalidad de crecimiento creen que uno puede hacerse más inteligente, que uno puede superarse a sí mismo, reinventarse, soñar, producir, apasionarse frente a retos nuevos, independientemente de la edad.

La mentalidad fija o la mentalidad de crecimiento son opciones que cada quien asume y que muestran y marcan nuestro objetivo y nuestro concepto de logro y éxito.

MENTALIDAD FIJA.

La mentalidad fija es creer que tengo cierto nivel de inteligencia, cierta personalidad y cierto carácter y temple moral. Es como un paquete de cartas fijas en las cuales se describe una especificación técnica y punto.

Las personas con mentalidad fija dicen ser muy inteligentes, cuando cometen el menor número de errores en su actuar; le apuestan a no equivocarse y a no aprender de los errores. Poseen un cierto encanto para preferir lo más sencillo, que muestre resultados en corto tiempo, con un mínimo de esfuerzo y compromiso. Tienden a sentirse perfectos y a no aprender nada nuevo que los saque de su zona cómoda. La mentalidad fija elabora cuadros y sentimientos de fracaso y parálisis.

La gente de mentalidad fija se auto imponen etiquetas, no cree en el esfuerzo que persevera y muestran una actitud de temor ante el reto; para ellos todo es blanco o negro. Creen que sus cualidades son inamovibles y ello conducirá a caminos de parálisis en los cuales el esfuerzo del reto, del resultado, no vale la pena. Piensan que es mejor cobarde vivo que valiente muerto. La mentalidad fija arruina las ganas de aprender y  de emprender.

LA MENTALIDAD DE CRECIMIENTO.

Esta mentalidad se basa en la creencia que tus cualidades básicas, esas que tienen que ver con talento, aptitudes, intereses, personalidad y temperamento son la cuota inicial del proyecto de vida, y que ellas pueden cambiar, crecer y mejorar por medio del estudio, la dedicación, la disciplina, el auto desarrollo, la experiencia, la pasión, el esfuerzo, el aprender de los errores y la práctica. Que ellas pueden cultivarse y entonces podemos incrementar nuestra atención, capacidad de juicio, memoria y ser más inteligentes emocionalmente frente a los retos del día a día. Es la creencia de que las cualidades humanas no son algo tallado en piedra, ni algo inamovible.

Quienes tienen mentalidad de crecimiento, también tienen un talento especial para identificar sus propias fortalezas y debilidades, convierten los contratiempos en éxitos futuros, la perseverancia, paciencia y resiliencia son parte del sello de esta mentalidad. Aman los retos, creen en el esfuerzo y resisten los obstáculos.

La gente con mentalidad de crecimiento, se permite equivocarse, a pesar de lo difícil de un tema… lo intentan, buscan alternativas, aprenden y se potencian sobre sus fortalezas.

La característica principal de la mentalidad de crecimiento es la pasión por los retos, es la que hace que la persona se crezca ante las dificultades. Esta es la mentalidad que se vuelve tu cohete a la hora de emprender.

¿Qué me llevo puesto de esta cápsula?                                                              

Frente a la frustración, a un bajón emocional, ante un problema, la mentalidad de crecimiento es una oferta a un nuevo conocimiento, o a un nuevo emprendimiento. Ponte en mentalidad de crecimiento, piensa en aprendizaje, entra en modo desafío, enfréntate a los obstáculos. El esfuerzo es una fuerza positiva y constructiva. La mentalidad de crecimiento nos hace decir, me encantan los retos.

*Hernando Casas-ospina . CEO de Trade Consulting S.A.S. Hace parte del Faculty de Universidad del Rosario, CESA y Universidad Tecnológica de Bolívar. Socio fundador de Innovate Senior 5.0.